
Adiós dijiste y me dejaste al otro lado de la puerta.
Adiós te escuché decir y sentí mi muerte cerca.
Mientras tú te alejabas de mí,
por una senda que no tenía vuelta.
Tu adiós es lo que recuerdo de tí
y su sonido estalla en mi cabeza.
Detona a cada momento mi angustia
y explota fuertemente mi impaciencia.
Adiós, una sóla palabra, una que no me gusta.
Que no deja píe al reencuentro ni tampoco a la esperanza.
Adiós, no tiene bienvenida.
Adiós, símbolo de toda partida.
Adiós me dijiste para vivir,
mientras frenabas mi vida y me hacías morir.
En las noches, cuando duermo;
puedo ver tu espalda y tu silueta alejandose de mi casa.
Y todavía en sueños escucho llorar
a mi herido corazón que no se puede resignar.
Adiós dijiste y yo no hablé.
Luego te fuiste y yo me quedé.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario