Bandido




Cuando pensaba que mi corazón estaba marchito
y que no quedaba en él un atisbo de color,
descubro que tu mágica esencia es para mí como un sol.
Llegaste con los brazos abiertos, querías contagiarme tu ardor,
me llovías la piel con besos frescos como el rocío
y me regalabas tibias caricias de pasión.
Pronto comencé a ilucionarme.
Necesitaba sentir que existías por mí.
Jugaba a pensar que me anhelabas a cada instante
y que te morías por conquistar mi amor.
Tu mágico abrazar tibio pronto comenzó a romper
los lazos que no me dejaban soñar con vivir un nuevo amor,
mas tu ser tan divinamente afectuoso,
podía cualquier cosa vencer.
Estando cerca de tí comenzaron a brillar en mí,
nuevos y resplandecientes colores.
Empecé a sentir que reflejabas en mí tus emociones
y no podía dejar de pensar,
que si así se sentía vivir un buen amor,
a tu lado yo lo quería abrazar.
Tus pasos me marcaban un hermoso nuevo sendero.
Levantaba la mirada y podía ver,
que en el ibas dejando tus deseos florecer.
Algunos los recogí y me los guarde en el corazón,
para regalarte tierra fértil para que los veas crecer.
Quiero solamente estar contigo,
caminar juntos por el camino del amor.
Quiero poder abrazarte mientras hablamos,
besarte a cada momento y sin mas razón,
que la necesidad de que tú no olvides ni por un sólo segundo
que eres el poseedor de mi amor.
Que eres aquel bandido con manos de seda que se robo mi corazón.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario